Diario de campaña 133: llegada a Nimaerga

Todo dispuesto
El pasado domingo nos reunimos de nuevo en torno a la mesa de juego, y continuamos la campaña allí donde había quedado. Los personajes que forman las Garras del Fénix debían atravesar el Paso de los Albos y llegar a la población de Nimaerga Opase, donde la caravana de la que forman parte pasará a estar compuesta de barcazas. Además, la recién rescatada Älquasil tiene allí un amigo encerrado en prisión, y desea acudir a la población para pagar su fianza.

Como tengo pensado contarles detalladamente cómo adapté las diversas aventuras, una vez terminemos de jugarlas, hoy les haré simplemente un resumen muy rápido.

En el largo camino por el Paso de los Albos los compañeros tuvieron un par de encuentros. En primer lugar, cerca de la ermita de Sitiobo que supone la primera parada en la ruta, se les apareció el fantasma de un albo, muy semejante en aspecto a Qiren. ¡Ayudadme! -decía- ¡Encontradme! Así que buscaron un cadáver por los alrededores y, efectivamente, allí estaba: un albo casi idéntico a Qiren, con la garganta cortada y una mano faltante, y vestido con un jubón que portaba como insignia un copo de nieve sobre un rombo negro, lo que identificaba al fallecido como miembro de los Caballeros de Lustal Intervencionista. {Que abogan por la alianza de Lustal con otras naciones en contra de las amenazas comunes, como el Imperio de Braer}.

Después de encargarse del cadáver y tras algunos días de marcha, encontraron un refugio de montaña en uno de los puntos más altos de la ruta. Ya estaba ocupado, sin embargo, por diez bandidos que simularon ir cada uno por su cuenta. Había diversas pistas que podían hacer que los jugadores se dieran cuenta de que pasaba algo raro, pero sólo detectaron la de menor importancia, y aunque escamados, lo único que pudieron hacer fue enviar un mensaje hacia Ainedostarken (usando la corneja adquirida por Iskandar) para que la guardia diera a esta gente una buena recepción al descender del Paso por la única ruta posible.

Charlando tras la comida
Finalmente, tras muchos días de marcha, el grupo llegó a su objetivo, Nimaerga Opase (que en ilderio quiere decir Refugio del albo). La sesión de juego estaba montada principalmente para lanzarles diversos ganchos, de tal forma que, en primer lugar pudieran elegir por dónde tirar {sensación de libertad} y en segundo la trama se enredara para complicarles un poco la vida. Así que mientras estaban cenando en la Posada de los Barqueros, fueron interrumpidos por Elga (quien junto a su esposo Gädorag regenta el local, y cuyo hermano Beroz, un cazador de la zona, ha aparecido muerto), por el viejo Bair (un duergo, buscador de oro, que ha visto extrañas luces en el bosque y ha encontrado unas piedras marcadas con sangre) y por Zoros Piebravo (un cábiro montaraz que se ha topado con una enorme huella de gigante, aunque no habitan gigantes en la región).

Además, dos miembros de los Caballeros de Lustal hicieron una señal a Qiren (pensando que era el hombre asesinado), pero al no ser respondidos adecuadamente entraron en una vivienda y no quisieron hablar con él. Más adelante (ya al día siguiente), el grupo notó que los estaban siguiendo entre las casas, y al volver tras sus pasos oyeron el vuelo de sendas flechas. Sólo encontraron a esas dos mismas personas, muertas. Al acudir hacia la casa en la que habían entrado, únicamente para descubrir que la puerta estaba abierta, y que alguien había montado un pequeño incendio en su interior.

Por si fuera poco, el amigo de Älquasil no está encerrado en el pueblo. Aunque Elga recuerda al muchacho, y lo vio con algunos miembros de los Caballeros de Lustal. El cadáver en el Paso de los Albos, los dos asesinados casi delante de sus ojos y el chico desaparecido; todo parece compartir la misma trama, pero, ¿qué hay detrás?

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