Diseña tu ambientación: cultos y sociedad

Kennedy y Pablo VI
Sigo metido de lleno en el desarrollo de las diferentes religiones de Lüreon, y una de las cosas que debo preguntarme es la importancia social y política de éstas. Porque es obvio que la religión siempre se ha situado por encima de la masa de creyentes, incluso desde un puesto de gobierno, ya se trate de un culto chamanístico o de una religión más organizada. En nuestra ambientación fantástica ya habíamos dicho que nos intentaríamos fijar en una sociedad feudal, algo más abierta gracias a la existencia de la magia. Hace ya mucho tiempo, cuando veíamos el entramado social, escribimos lo siguiente:

Al mismo tiempo, los eclesiásticos forman la moral social y, gracias a la promesa de salvación en la otra vida, logran controlar a la plebe, que les otorga el diezmo, y ser protegidos por los señores. Es un estamento más abierto, como ya veremos. La estructuración del clero y su vinculación a los intereses de la nobleza por su poder económico y territorial, y los tres votos monásticos (pobreza, obediencia y castidad) produjeron una pirámide semejante a la existente entre nobles y caballeros, tanto en el clero secular (papa, arzobispos, obispos, canónigos, arciprestes, sacerdotes) como en el regular (generales y provinciales de las distintas órdenes religiosas, abades y monjes de los distintos monasterios) y en las órdenes militares {ya veremos cómo afecta a todo esto la existencia de un panteón múltiple y de gente dotada con poderes divinos}.
Max también hacía milagros
Empezaremos justamente por esto último. ¿Cómo afecta a un culto en concreto la existencia de gente capaz de realizar efectos «mágicos» gracias al poder que una deidad (o la fuerza de los creyentes) le proporciona? Si nos fijamos en la iglesia católica, ya que la tenemos más o menos a mano, veremos que los que llegan a las altas esferas son los que han ido medrando por los despachos vaticanos, y no los curas de aldea o los misioneros. De la misma manera, un aventurero capaz de utilizar poderes divinos no tiene en absoluto asegurado un puesto en el escalafón de una religión, y de hecho es muy posible que los líderes del culto intenten utilizar en su beneficio a todos los que muestren este tipo de bendiciones. Otra cosa, por supuesto, es suponer que en nuestra ambientación los cultos no poseen tanto poder, ni están extendidos a todo el mundo, y un sacerdote puede decidir construir un templo a su deidad en una zona nueva {nueva en el sentido de «recién colonizada» o nueva para la religión concreta}. En ese caso, mientras logre el dinero para montarse el «negocio» (y tal vez por ese motivo se hizo aventurero), es muy libre de hacerlo, aunque en ese caso la relación con otros templos (ayuda, supervisión, etc) puede no estar asegurada.

Pero me desvío del tema. Lo que quería simplemente puntualizar es que en mi caso he separado ampliamente a aquellos con poderes divinos (y los he llamado, en el juego, sacerdotes), y a los que pertenecen a una religión (que he mantenido con el nombre de clérigos). La pertenencia a un culto no refleja que uno disfrute la bendición de la deidad, ni el poder relativo entre dos sacerdotes identifican a uno como superior al otro. Dentro de la escala clerical he utilizado algunos nombres para reflejar su estatus. De mayor importancia a menor: primado (el líder religioso de una región amplia), prelado (líderes de grandes comunidades), deán (encargado de un templo) y diácono (ayudantes). En el caso de la religión monoteísta a Antim la cosa cambia: patriarca (actualmente, el emperador), primarca (uno en cada una de las 36 regiones) y adelantado (uno en cada Templo Rúnico).

Templo de Atenea en Delfos
Eso por lo que respecta a la organización interna de los cultos, mas seguimos sin saber su importancia social y política. Me he fijado para ello en otros ejemplos. La importancia del oráculo de Delfos es uno de ellos. Este templo a Apolo (y a Dionisos durante una parte del año) era consultado en cada ocasión en que se deseaba ir a la guerra o fundar una colonia. Y sus respuestas eran escuchadas, por supuesto. Pero a pesar de su supuesto panhelenismo, no quedan dudas de que sus líderes siempre fueron proespartanos. El otro ejemplo, este ya moviéndonos en el terreno de las ambientaciones de fantasía, lo obtengo de la descripción de algunas ciudades (Marienburgo o el Imperio en el mundo de Warhammer, la propia Falcongrís en Greyhawk), donde el consejo incluye entre sus miembros a algunos eclesiásticos de los cultos más importantes.

Y no es mala idea. Es una forma sencilla de reflejar la preeminencia política de alguien capaz de movilizar a una parte importante de la población. Otra cosa ya será determinar qué cultos en concreto pueden considerarse mayoritarios en cada población, y las luchas que ello puede ocasionar. Pero todo eso es bueno para crear algunas tramas interesantes que contar. Al mismo tiempo, algunos cultos tendrán esa capacidad de influencia que veíamos para el oráculo de Delfos, siempre que los líderes políticos tengan fe en su respuesta.

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