El calor: una musa más

La pasada semana, el conocido poniente hizo de las suyas por las tierras de levante. Fueron días en que casi ni merecía salir a la calle; cuanto menos a trabajar o cargar con las bolsas de la compra.
Miren por dónde, me recordó el comienzo de la que, espero, sea mi primera novela: el norteño sufriendo los efectos del viento de sur, proveniente (al menos en Ilder) de las tierras del Desierto Pedregoso.
Espero que estos recuerdos puedan acicatar mi tan deseosa intención de escribir durante los próximos 30 días.

2 comentarios:

  1. ¡¡¡Leña al monoooo!!! Y no es que hiciera calor, es que se te secaban los ojos entre parpadeo y parpadeo...

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  2. Bueno, para la proxima si hay coche me llevo el ventilador :D. Pues, si te pones a escribir casi que mejor eh , jajaja! ya va siendo hora coñe!

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