Os debía las fotos de la última...

El día 15 del mes pasado, las Garras del Fénix regresaban por fin a la mesa de juego, después de casi dos meses sin jugar por culpa, principalmente, de los exámenes de un servidor. La poca actividad de este blog desde entonces se debe a los últimos coletazos del cuatrimestre, que esta vez han tomado la forma de trabajos retrasados.
Pero bueno, dejémonos de lamentaciones, y pongámonos de nuevo en marcha. De momento, lo único que deseo es obtener un buen ritmo con las lecturas propias (las que no me vienen impuestas por mis tardíos estudios), actualizar un poquito mi trabajo en el blog y en la wiki, y hacer unas cuantas partidas de las buenas.
Y la que me propongo reseñar hoy, fue de las buenas. Las Garras del Fénix han viajado hacia las tierras norteñas para reconquistar la nación de Jarad, que se ha convertido en el líder de facto del grupo. Es interesante observar que justamente el jugador que lo llevaba habitualmente ha vuelto al redil después de unos meses de ausencia (en los que, afortunadamente para él, sólo ha perdido unas tres partidas).
Aquí tenemos al grupo completo:
En primera línea, mi musa particular, mi bella Eva, que roleaba a la elfa Vaire y al enano Nathrin. Junto a ella, Alfredo y su particular modo de ver al gnomo ilusionista Taffel. Al fondo, Miguel (que como ya hemos dicho regresaba para llevar a buen puerto la misión de Jarad), su hermano Guillermo (con el desheredado Vilem) y su hermana Ana (que llevaba en esta ocasión a Grar, el personaje de la baja del día, Roberto). Y a la izquierda, nuestra amiga Anabel, que roleaba al líder enano Lompûr. Pueden observar la gran presencia femenina en nuestras partidas que, según fuentes fidedignas, es algo poco habitual.
Y, como no, el séptimo en discordia, el que esto escribe, en uno de los raros momentos de escuchar a los jugadores:
El objetivo de esta partida era internarse en la tumba del Viejo Oso, el último rey de Kueldulf perteneciente al clan del Oso, que fue acusado de brujería y traición. Durante el trayecto, debieron superar, entre otros muchos obstáculos, una trampa mágica en un puente. Éste es el momento miniaturil:
Lo increíble es que después de cuatro años y medio de campaña, las minis estén sin pintar, y, aún más increíble, que los jugadores no se quejen. Una de las claves de la partida fue la enorme reserva mágica del gnomo, que aquí se dedica a contar sus puntos de magia, ante la, al parecer, envidiosa y sorprendida mirada de Vilem:
El mismo Vilem que en esta otra imagen demanda no sé si unos cuantos puntos de mejora para su personaje, o un poco de coca-konga para él:
Al fondo pueden ver cómo las bolsas de panchitos y un refresco naranjil que, al parecer, se había 'colado' (entre las habituales cola-kongas), invaden cada día de partida mi querida biblioteca.

En unos días, espero poder ofrecerles las imágenes de la partida jugada este último domingo.

3 comentarios:

  1. Anónimo4/3/09, 0:43

    Siento corregir a mi "amado master", pero en esta partida mi enano era Nali, a su nieto Nathrin lo llevo en otra partida, sé que ha sido un lapsus.
    Las fotos de la próxima partida te las mando mañana que ahora es muy tarde y me voy a dormir. Besos.

    ResponderEliminar
  2. Uf, es cierto...
    Lo que sigo sin entender es por qué sigues llamándote Nathrin en el foro de la Senda del Aventurero.

    ResponderEliminar
  3. Anónimo4/3/09, 9:33

    Porque fue con el primer nombre que entré, pero podría llamamer Vaire, Idriel o Nali, no se... tal vez lo cambie.

    ResponderEliminar